jueves, 27 de febrero de 2014

MÓJATE, JAVI

“Mójate, Javi”. Así me dijiste. “Y no seas ventajista” añadiste para cerrar la discusión. Comprendo que debatiendo acerca de temas como el del aborto lleves el asunto al plano personal. Algo lógico, pues no deja de ser un asunto muy personal. Precisamente por eso no me mojo, o esa es tu opinión. Por eso preferí escribir estas líneas en lugar de seguir discutiendo.

Para no ser ventajista he esperado casi un mes a enseñarte el texto. Fíjate, se debate el Estado de la Nación y el Presidente del Gobierno no le ha dedicado ni una línea. El tema se nos ha quedado demodée; no tendría sentido seguir riñendo sobre ello…por lo menos hasta la próxima oportunidad política. Pero aún así quiero dejarte clara mi postura. Tú me lo has pedido.

No me mojo sobre el derecho a abortar porque me parece el derecho a una putada. Porque lo que se tiene dentro es una cosa buena. Lo más grande que hay. Y porque me lo he planteado. Y duele, por más que haya quien dice que se hace alegremente. Hasta la hija de un ginecólogo antiabortista tiene derecho a decidir sobre su propia vida. Por supuesto. Pero para ella también es una putada. ¿Por qué no para las demás?

No me mojo sobre tener un hijo en cualquier circunstancia porque es un ejercicio de madurez. Y de responsabilidad. Y en España ningún legislador te va a apoyar para sacarlos adelante. Sobre todo en los casos más difíciles. En los más caros. En caso de necesidad la responsabilidad - culpa será tuya por haberlos tenido. Por darles demasiado, o demasiado poco. La retórica y el bolsillo caminan por aceras distintas. Y se saludan de lejos.

No me mojo sobre dar un niño en adopción porque he sido padre. Tendrían que arrancármelos con tenazas de mi lado. Para una madre será peor. O no. El que escoja esa vía si necesitará ayuda psicológica. Durante mucho tiempo, y años después, cuando se encuentre con ellos, personas adultas, cara a cara. Porque acaba ocurriendo.

Y tampoco me mojo porque la maternidad (y la paternidad) es un acto natural. El más natural que existe. Y me repatea pensar tanto en  un delirante mandato divino como en la aceptación de un paranoico régimen patriarcal, que imponen en un sentido u otro. Y los seguidores de estas teorías son los que dirigen las polémicas, cada uno cuando le conviene.

No me mojo pero el agua está fría. Y turbia; no deja ver bien. Como turbia es la mirada de las que van a las clínicas. O tiemblan pensando en el futuro.

miércoles, 3 de abril de 2013

LUCES DE NEÓN


El ¿Gobierno? de España ha subido los impuestos a los que los pagan, amnistiado a los que defraudan, creado una reforma laboral que no tiene como objetivo crear empleo, rescatado los bancos mal gestionados, blindado a los directivos (y políticos) que los gestionaron mal, criminalizado a los trabajadores públicos, y a los parados que no consiguen encontrar trabajo, porque la reforma laboral no tiene como objetivo crear empleo, así que hay que subir los impuestos a los que los pagan, para amnistiar a los que defraudan, para recaudar más para rescatar a los bancos…

Parece un bucle maligno, pero no lo es. Son ajustes dolorosos y necesarios, realizados por el ¿Gobierno? en contra de su voluntad, para devolvernos a nuestro sitio. Porque esta crisis, y sus ajustes correspondientes tienen un componente moral muy claro: hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Pero gracias a las reformas ya vemos la luz al final del túnel, así que, españoles gastizos, zánganos e inconscientes, ¡os merecéis un premio!

Eso si, se acabaron las ventajas al endeudamiento irresponsable; en la declaración de la Renta de 2013 ya no se podrá deducir por la adquisición de una vivienda, ¡una casa para vivir es un capricho innecesario en esta época de incertidumbre! ¡Demasiado crédito, demasiado gasto, demasiado lujo!

Pero como os decía, los emprendedores, los que arriesguen, los que se dejen la mitad del sueldo en la ruleta, tendrán derecho a deducciones; las pérdidas en juegos se podrán desgravar en la declaración. Así que un currante que se quiera gastar parte de su salario en algo productivo, deberá ir al casino más cercano; sólo entrando allí reportará buenos ingresos a las arcas públicas en tasas de juego. Si gana, reinvertirá, ¡podrá hacerse millonario! y, si pierde…¡igual deduce un 15%! ¡Y encima se lo pasa bien!

Supongo que alguno de los miembros del ¿Gobierno? soñará (igual en variante húmeda) con un futuro en el que los trabajadores de Las Vegas Sands, después de cobrar su magro salario en fichas de juego, salgan de la oficina para gastarlas en el Black-jack situado en el mismo edificio. Después, cuando canjeen en caja las fichas que les queden (con una comisión de retorno de, digamos, el 109%) podrán exigir su correspondiente certificado para adjuntar a la declaración de impuestos. Y por un 5% más, un vale de descuento en la hamburguesería del complejo. Luz al final del túnel, señores. Luces de neón.

lunes, 19 de noviembre de 2012

LA SALVACIÓN DEL OVIEDO


Ayer todos los periódicos de Asturias, y también de España y parte del extranjero, incluían en sus cabeceras de deportes la gozosa noticia: “Carlos Slim, nuevo propietario del Oviedo”. En todos se narraba después, con mas o menos detalle, la extraña historia de amor entre el hombre más rico del mundo y un histórico club, ahora venido a menos, del fútbol español. Contaban como una llamada en plan de broma de un periodista había calado en uno de los lugartenientes del magnate, como habían estudiado las cuentas, como habían asistido, supongo, asombrados a la respuesta de la afición de la ciudad y también de aficionados al fútbol (o no) de todo el mundo, y como el Ayuntamiento daba su apoyo sin fisuras al Consejo de Administración para que negociara con la discreción necesaria.

El resultado lo sabemos todos: una sociedad que iba a entrar en causa de disolución recibió dos millones de euros por suscripción de acciones por parte de particulares y pequeños accionistas, y otros dos que salieron del bolsillo del mexicano, consiguiendo, en dos semanas auténticamente mágicas, la salvación económica del club y un aumento exponencial de su popularidad, tanto en España como en el extranjero. Final feliz, por fin, para el Oviedín, después de once largos años de despropósitos. Alucinante la respuesta de los seguidores de un club de Segunda B que consiguió llamar la atención del número uno de Forbes.

Pero yo me imagino algún final más feliz aún. Algo más propio para estos tiempos que corren. Por ejemplo, imaginar que el club, ante la masiva respuesta de los aficionados, y ante la pavorosa realidad social que se vive en estos momentos, hubiese hecho un llamamiento a la afición para que esas aportaciones se destinasen a evitar los desahucios en marcha en la ciudad. O el cierre de negocios. Puede que muchos despidos. Con dos millones igual resuelves treinta, cuarenta, cincuenta casos desesperados. Y, ante la respuesta positiva, o la amenaza de retirar sus depósitos, de la gente, los bancos aplicaran una moratoria provisional a la espera de recibir el dinero. Y que, el Ayuntamiento, sensibilizado, apoyase esta causa, paralizando los trámites de su competencia. Y que, a través de la llamada medio en broma de un periodista, llegara a los oídos del millonario que hay un club de fútbol que prefiere su propia desaparición a la ruina de su gente. Y se le aflojara el muelle y con el muelle la cartera, y soltara los dos millones y otros dos para acabar el año.

Si que sería un hermoso final. A la americana. El club de fútbol que prefirió la salvación de las personas encuentra, como premio, la suya propia. La riqueza fruto de la iniciativa solidaria. Un auténtico cuento de Navidad. Solo eso, un cuento. Mejor y más bonito que este cuento que tenemos, que no está nada mal. 

jueves, 15 de noviembre de 2012

PERFORMANCE TRAGICÓMICA


Vamos a imaginar, en una ciudad cualquiera, una avenida grande, de esas de tres carriles en cada sentido, que pase cerca de los edificios administrativos desde donde se gobierna la comunidad, ciudad, estado o cosa, según toque. Lo habitual: un montón de coches, semáforos y, aprovechando cuando se pone el rojo y todos paran, los habituales gorrillas o mendigos, ofreciendo pañuelos de papel, encendedores de plástico, estampitas, o pretendiendo limpiar los parabrisas de los vehículos a cambio de la voluntad.

Ahora visualicemos a un fulano metido en su coche, apoyado en la ventanilla abierta mientras apura la última calada del cigarrillo, mirando distraídamente al frente. Ve venir a un individuo con una camiseta oscura encima de la camisa; en la mano izquierda sostiene un cubo del que sobresale una bayeta sucia, mientras en la derecha sostiene, brazo en alto, una rasqueta limpiacristales. Ve que se le acerca sonriente, así que arroja la colilla por la ventanilla y se pone a subir el cristal; no tiene ni puñetera gana de aguantar al pedigüeño. Pero queda pasmado, sin terminar de encerrarse, al ver el individuo que se le acaba de plantar delante de la puerta del coche.

El limpia en cuestión, que se acerca sonriente al vehículo, va bien  peinado y afeitado. Cara redonda, buen aspecto, gafas de pasta. Lleva pantalón de traje, perfectamente planchado y, mirando hacia abajo, nuestro conductor ve un par de zapatos impecablemente limpios. En el cuello blanco de la camisa se adivina el nudo de una corbata roja; la camisa y la corbata están tapadas por una camiseta negra con el lema “Empleados Públicos en lucha” en letras blancas. Un funcionario.

Sigamos imaginando como el conductor del coche queda con la boca abierta, dando la cara a la ventanilla medio bajada mientras el, ahora lo sabemos, funcionario le espeta muy sonriente: “Buenos días, señor, perdone que le moleste, soy funcionario de la Administración de… y estoy haciendo un curso acelerado titulado Como Sacar un Sobresueldo para Sobrevivir, en el que una de las prácticas consiste en limpiar cristales. No le pido la voluntad, solo quiero que lea esto” y le entrega un folleto en el que se exponen las subidas salariales a los funcionarios de los últimos diez años, todas por debajo de la inflación o congeladas, la supresión de la paga extra y los dos recortes, también extras, del 5% de sueldo, además de la anulación de las convocatorias de empleo público.

Mientras el tío se queda mirando el papel, el funcionario se aplica al parabrisas del coche; al tiempo llega otra funcionaria, sonriente y bien plantada, de rigurosa minifalda negra y medias de rejilla, con una bandeja en la mano: “¿Hace un cafelito?” le dice guiñándole un ojo -“Cortesía del señor Beteta” –y le pone un purgante de los que salen de la máquina de café en la mano libre, colándole en el salpicadero otro folleto en el que se detallan, ¡qué se yo!, las obras faraónicas ahora inacabadas o inservibles, o una lista de sobrecostes en las mismas, o algo así, de lo que tiene miga.

En estas, el semáforo se pone verde, y los funcionarios cursillistas saltan a la acera, sonrientes y dando las gracias, y el conductor, café en mano y con la boca abierta, se afana en meter la primera mientras los de atrás le pitan (no todos, alguno tiene las manos ocupadas como él). Arranca pensando que si, que quizá tengan razón estos de la Administración. Que todos estamos igual de jodidos, y por las mismas razones; no hace falta mucha metafísica ni mucha ideología a la hora de pagar las facturas.

¿A que está bien imaginado? En media hora igual se hacen diez coches; más caso que paseando las pancartas igual se hace. Esta es una respuesta a la falta de alternativas a la lucha sindical que se plantea en las Asambleas. Oye, igual viene la tele y nos hacemos famosos. Y si no, pues aprendemos un oficio que nos puede venir muy bien, en los tiempos que corren y con la que está cayendo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

EJEMPLOS ANÓNIMOS


Quién lo iba a decir: Fulano de tal, cincuentón largo, dedos como sarmientos, barrigona chigrera. El típico que te imaginas inmediatamente bajando al bar después de comer a echar la partida, o a ver el fútbol, tomando un vino, o dos o tres. Y resulta que Fulano escribe. Y escribe bien, tanto que le publican. Y le piden más. Ahí lo tienes. Cuantos escritores no consiguen ni oler una línea publicada. Y los demás dándonoslas de intelectuales y de estudiados, y él, con su maestría industrial y su trabajo de operario, con inquietudes. Inquietudes valoradas, por cierto. Menuda sorpresa.

Pasa que luego te encuentras con Mengana de cual: compañera frisando la cincuentena, funcionaria primero interina y luego de carrera. Pero lo que no sabes es que se casó bien joven, tuvo dos criaturas (o tres, no estoy muy al tanto) y va el marido y la dejó tirada. Y a la pata quebrada; la pensión, si la hay, que muchas de estas ni se atreven a pasar por el juzgado, cuando se le pone a él en los pendientes reales. Y lo de cuidar a los niños, pues ni de coña. Y a ver el mundo por la ventana. Total, ya lo tiene todo hecho. Pero cogió y, con dos ovarios, a preparar una oposición. A sacar horas de la noche y de la madrugada. Y la saca, por delante de un montón de opositores a tiempo completo. “Chapeau”.

Otra muy buena es la de Zutano, el clásico empleado del que nunca se oye nada, pero cuando el jefe dice, sin mayor explicación “hoy se hacen horas extras”, mientras el resto de la plantilla, con muchas protestas a la espalda del mandamás, se acaba plegando, él coge tranquilamente sus cosas a su hora y se va. Dejándolo todo hecho, por supuesto. Cuando le pregunta el jefe que “qué es lo que le pasa” para marcharse, contesta que no le pasa nada. Y que, si le pasara, que es asunto suyo. Pero que él no se queda y mucho menos sin explicaciones. El patroncito, con la boca abierta. Como los compañeros. Posiblemente le echen; igual lo está deseando. Pero no le importa. Ha ganado la batalla moral Ya se buscará la vida que se merece.

Tres pequeños ejemplos de gente con la que quizá te encuentres en el ascensor y te parezcan poca cosa. Gente buena, dura y competente. Con narices. Y hay muchos así. Algún día nos daremos cuenta de lo que tenemos al lado y miraremos más a estos, a nuestros verdaderos ejemplos, que la bazofia que nos hacen mirar por la tele o los periódicos. Quizá entonces pensemos que merece la pena pelear por esta vida.

domingo, 11 de noviembre de 2012

LA BATALLA DE VITORIA

Hoy por la tarde tuve sesión de cómic, y descubrí “La batalla de Vitoria”, de José Luis Salinas y Armando Usero, y con guión de Hernández Cava. Muy bueno. Gracias a la historia de los dos hermanos, uno enrolado en los regimientos franco-españoles leales a José Bonaparte, y otro en el ejército rebelde del general Álava, describe con gran claridad el duelo fratricida de aquellas dos Españas, dos visiones opuestas cuyas tataranietas todavía viven hoy; la España liberal y afrancesada, defendida por el hermano Vicente, leal, a pesar de todo, a la palabra dada al ingresar en el ejército francés, y todavía fiel a los principios ilustrados y revolucionarios defendidos por el invasor a base de sangre, fuego y violaciones, y la España indómita en la lucha por su independencia, representada en el hermano Ricardo, comprometido con la verdadera libertad nacional y no con la negra, oscura, fanática y cavernaria patria que su rey, y sus despiadados aliados ingleses, quieren imponer. Dos soldados hermanos y enemigos, comprometidos ambos, sin embargo, con la tercera vía, la de la razón, la piedad y la palabra, representada en la liberación de la afrancesada a punto de ser linchada, que es la verdadera derrotada en la batalla, independientemente del resultado final.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

CARTA A UN AMIGO DESCONOCIDO


Me caíste bien desde el mismo momento en que te conocí. Bueno, más que desde que te conocí, desde que una amiga común me habló de ti. Una buena amiga, por cierto; tienes un lujo ahí que no debes desperdiciar. Me habló de ti un día en el que, con el pretexto de una visita a su nuevo despacho, o quizá por coincidencia, me comentó tu caso, caso que es igual que el mío.

Me pidió consejo sobre como podrías superar el trance por el que estas pasando, para poder ayudarte además de arroparte, para ser algo más que un hombro sobre el que llorar. Por supuesto, sin que te enteres, porque sabe que seguramente estás todavía petrificado, todavía te parece un mal sueño, y quizá no soportes que otra gente ya asuma tu nueva situación; pero es cierta, ya ha ocurrido. Es real.

Yo sonreí, porque en mi fuero interno siempre tengo ganas de explicar como me va, y que he aprendido de todo esto, de este largo año que parece que no va a acabar nunca, pero no te engañes, yo solo soy un alumno, un paciente como tú, quizá solo con un recorrido mayor, con mas rodaje. Pero un aprendiz, para nada un maestro.

Le dije que estuvieras tranquilo, pero muy tranquilo, mucha calma, mucha respiración, le dije que tu cabeza es un terrible torbellino de emociones contrapuestas que son difíciles de combinar: esperanza, desazón, desesperación, deseo, odio, celos, envidia, ansiedad… Todo parece ir en contra tuya, todo te altera, estás acelerado, no comes, no duermes.  Le dije que intentes dormir, que tomes infusiones, o que vayas al médico, necesitas el olvido del sueño, necesitas dormir profundamente.

También le hablé de comer. Come sano, come variado, y a las horas. Vas a perder peso, tu metabolismo corre a toda velocidad. Practica deporte en horarios regulares, pero algo moderado y a ser posible con alguien que te apriete, que no te deje pensar, que sea un rato en el que tu cabeza deja de procesar, y se dedica a otra cosa.

Me dijo que ya tienes casa propia, y que no tienes hijos. Muy bien por lo de la casa, espero que poco a poco la vayas haciendo tuya, y que no tengas problemas para pagarla. Espero que estés cómodo y que te sientas bien cuando llegues al final del día. Es tu hogar, debes disfrutarlo.

No tener hijos te evita un doble sufrimiento: uno es el de tener que verte en situaciones que ahora mismo no te convienen nada, eso te lo digo por experiencia, sólo y solo por ellos. Es un mono que es muy difícil de quitar, pero por ellos hay que soportarlo. Mejor que no tengas que pasarlas, todo te hace evocar. El otro es preocuparte por su bienestar, se te vienen a la cabeza un montón de cosas, te angustiarías por nimiedades y te costaría mucho mantener la calma en las cosas importantes. La pena es que no vas a disfrutar de la tremenda alegría que te regalan esos pequeños corazones; caro consuelo, pero valiosísimo.

Y sobre todo te digo que todo esto te va a servir para curar los síntomas de tu mal. Porque contra lo que te pasa no hay remedio; solo el tiempo y tu adaptación te harán salir adelante. Te recomiendo que pierdas la esperanza, primero porque está todo decidido, y segundo porque no estás en condiciones de recuperarlo, estás bajo, triste, desanimado, sin chispa y sin gracia. Alimentas celos, envidia y rencor. Déjalo, da rabia, llora y acepta esa tremenda tristeza. Respira hondo. Pasará. Quizá demasiado despacio, pero seguro que pasará.

Y en breve tiempo, con ayuda de tu familia, tus amigos (los viejos y los que seguro que harás, no estás tan solo, ya lo verás) y sobre todo de ti mismo, de la madurez tremenda que vas a adquirir, irás descubriéndote, como una persona capaz, buena, atractiva. Alguien seguro de si mismo, alguien nuevo, mejor. Las cosas, poco a poco, irán mejorando. Llegarán oportunidades, las recibirás con alegría, porque verás motivos para alegrarte, se darán algunos fracasos y los soportarás con entereza, porque estarás mejor preparado.

Espero que algún día tengamos oportunidad de conocernos en persona. Y que lo que cada uno de nosotros vea frente a sí sea una persona plena, feliz y alegre. Con una nueva vida y, por que no, con una nueva hermosa razón para vivir. Como sea, porque saldremos. Podremos contarlo, reírnos de ello, incluso disfrutarlo. Porque nos habrá hecho más fuertes. Seguro. Ojalá tú lo veas en mí y yo lo vea en ti. Nos guiñaremos un ojo.

Salud, fuerza, y un abrazo, amigo.