jueves, 25 de octubre de 2012

DISIMULO

Lo leí ayer; no hay mayor tristeza que aparentar que no te importa, cuando en realidad no piensas en otra cosa. Todo el día disimulando, poniendo buena cara, en cualquier caso una cara falsa, para interpretar un papel que muchas veces no es creíble para nadie, por muy ciego que esté, haciendo un esfuerzo por ocultar tus verdaderos sentimientos, agravando una situación que debería de asumirse, y hacerle frente.

Pero también es una pena muy grande ver casos en los que la pena va pasando, que todo se va olvidando, porque la Naturaleza es sabia y ha dotado al ser humano del mecanismo del olvido, para evitar que los malos recuerdos, la añoranza y la soledad nos destruya, y algunos se empeñan en recordar (o en recordarte) esas malas experiencias, esos recuerdos oscuros, intoxicando, envenenando la conciencia y la autoestima. A veces, la de uno mismo; lo mas valioso que tenemos, nuestra propia estimación.

Peor aún: a veces somos nosotros mismos los que ponemos palos en las ruedas del carro de nuestro propio progreso, regodeándonos en la comodidad de autocompadecernos y dejar que sean los demás los que nos sostengan, muchas veces a costa de su propio bienestar, en lugar de sostenernos nosotros mismos.

El resumen es claro; si estás mal, desahógate. Si estás mal o muy mal, pide ayuda. Pero si mejoras, disfrútalo. Y aprovéchalo. Y si estás bien y puedes contagiar algo, contagia tu propio bienestar. Pero nadie se puede permitir envenenar ni intoxicar a los demás; nadie lo merece.


lunes, 22 de octubre de 2012

BUCLES MALOS


Acabas el día, el mes y parece que toda la eternidad metido en un bucle del que parece que no sales, a saber: detectas un fallo, una carencia, un mal comportamiento, eso te cuesta algo, lo analizas después, prometes cambiar las cosas…y luego, o no llegas a aplicar la solución o te descuidas en el momento más inoportuno. Así que repites la carencia, fallo o comportamiento, la vuelves a detectar, te cuesta algo…y otra vez.

Y llegas a casa con la cara de tonto, poniéndote a parir por repetir conductas que tenían que estar superadas, por estar todo el puñetero día empezando, por ser incapaz de mantener durante un tiempo la nueva ruta que, tiene narices, tú mismo te has trazado, nadie te ha dicho nada de cómo haces o dejas de hacer las cosas, nadie juzga tu conducta. Es uno mismo el que valora, y uno mismo el que se falla a si mismo, otra vez.

Y uno no arranca. No mejora. No cambia lo que tiene que cambiar, lo que le pide el cuerpo que sea de otra manera. Y me gustaría saber por qué, si al final, da más comederos de cabeza el ejercicio constante de vuelta a empezar que coger y, simplemente, hacer el esfuerzo de cambiar. Un pequeño esfuerzo, una respiración de más, media hora de tiempo…un poquito. Aguantar después de la primera semana, o del primer mes. Nada más.

Con todo lo que queda por hacer, con todos los sueños que se sueñan, no puede, no debería permitirse que esto pase. No se puede claudicar. Y si hay que reinventarse, pues a reinventarse. Pero ya. Y para siempre. Buscar esa solución. Perseguir esa mejora. Porque queda poco tiempo; porque se acaba el que tenemos.

viernes, 19 de octubre de 2012

PICARESCA ESPAÑOLA


La Guardia Civil cazó a un tío que había vestido y puesto peluca a un maniquí para poder circular por un carril reservado a vehículos con varios ocupantes. Vaya cara que  debió de poner el picoleto. Y el otro va y dice, seguro que  con perfecta compostura y una sonrisa cómplice en la cara:  “me habéis pillado”. Jejeje. La verdad, que  en España somos la leche. Que  no hay ingenio como el nuestro…Si se trata de pagar menos (o no pagar) o de coger ventaja. Es tremendo como en un país en el que se investiga poco, se patenta menos y se emprende mucho menos que en los demás de su entorno tenemos un ingenio terrible para saltarnos cualquier norma o procedimiento que se nos ponga por delante.

¿Os acordáis de la subvención de 210 euros que se daba como ayuda al alquiler joven? ¿Cuántos arrendadores subieron el precio del alquiler exactamente 210 euros? ¿Y lo de alquilar el piso al hijo de un amigo, y viceversa, para cobrar la subvención?  ¿Y la venta de puntos de tráfico por parte de los jubilados que no tienen ni coche? Está también en “pole position”.  La cantidad de padres octogenarios (y madres) que empezaron a circular con los coches de los hijos...

También es muy buena la de los certificados de empadronamiento para conseguir determinados colegios, cono nenos que, en cuanto cumplen dos años se van a vivir con tíos, yayos, bisabuelos o perfectos desconocidos. Por no hablar de  las declaraciones de hacienda de determinados colectivos para conseguir una vivienda protegida, una ayuda para reformas, o siquiera una beca de comedor o de libros del cole (¡gente que luego te aparece conduciendo un Mercedes todoterreno!). ¿Y las bajas? ¡Qué hay peña que se corta un dedo con un hacha!

Lo dicho, somos terribles. Tan buenos y tan capaces como cualquiera, y además, con un punto genial y creativo que ya quisieran los yanquis o los chinos. Pero, ¡ay!, lo usamos para cada cosa…

En fin, por lo menos nos divertimos, eso si, con toneladas de humor…del negro.

lunes, 15 de octubre de 2012

EL LOGRO Y EL ÉXITO


Cuentan que una vez, un hombre viejo requirió la ayuda de dos hombres jóvenes, y las pidió que le llevaran cada uno una carretilla lleno de manzanas desde su casa hasta el almacén vecino, ya que él, al ser ya muy mayor, no tenía fuerzas para hacerlo; además, les prometió una recompensa por su trabajo, que sería distinta dependiendo de si terminaban en primer o en segundo lugar.

El primero de los jóvenes asintió, cogió su carretilla lleno de manzanas, y con mucho cuidado, puesto que las manzanas rebosaban el borde superior, fue llevándolo muy poco a poco hacia el almacén, pendiente de llegar con toda la carga que le había encargado el viejo.

El otro, sin embargo, estaba más pendiente de lo que hacía su compañero que de hacerle el favor al viejo, porque quería ser el primero, ya que creía que siendo el primero tendría una recompensa mayor. El caso es al torcer la vista constantemente para mirar, se le caían las manzanas de la carretilla y tenía que pararse a recogerlas.

Así que el que llegó el primero fue el primer joven, el que se había preocupado de prestar el servicio para el que se había comprometido, realizando bien la tarea. El segundo joven acabó bastante mas tarde y mucho mas cansado. Además, muchas de las manzanas que llevaba se habían picado a fuerza de caérsele de la carretilla.

Al terminar el trabajo, el viejo habló con los dos. Al que terminó el primero le dijo: “Enhorabuena, porque fijaste tu atención lograr hacer bien el trabajo encomendado. Lo hiciste bien, y como consecuencia de ello también has logrado llegar el primero. Esa es tu recompensa; has aprendido que si haces las cosas con esfuerzo y dedicación, y consigues tu objetivo, el éxito, el ser el primero o el ser reconocido, llegará después.”

Al que llegó el segundo, le dijo: “Tu recompensa es que puedes extraer una lección de tu fracaso. Porque  descuidaste tu objetivo principal, que era ayudarme, por la promesa de una recompensa y por estar pendiente de lo que hicieran los demás. Mira en tu interior y piensa que podrías haberlo hecho tan bien o mejor que tu compañero, solo con que hubieras estado pendiente solo de  tu tarea.”

«Mi madre me describió la diferencia entre logro y éxito: “el logro es el conocimiento que tienes al saber que estudiaste y trabajaste duro haciendo lo mejor que esta en ti. Éxito es ser alabado por otros, eso es lindo también, pero no tan importante o satisfactorio. Siempre dirígete hacia el logro y olvida el éxito”»
Helen Hayes (10 de octubre de 1900 - 17 de marzo de 1993), actriz angloamericana.

martes, 9 de octubre de 2012

EUROPA ¿SE ACABÓ?


Igual que en una pareja, con los malos tiempos llegaron los reproches. Fue llegar la crisis de la deuda soberana y los europeos regresamos a la época de la Guerra de los Treinta Años; los alemanes a imponer el dominio continental, los franceses a defenderse, los ingleses a hacer rancho aparte, los italianos a deshacerse en violentas disputas, suizos y escandinavos a la suya, los griegos olvidados e intervenidos…y los españoles, temidos, luego envidiados y finalmente despreciados por los grandes.

Se acabó Europa, terminó el sueño de un continente unido, próspero, feliz, sin complejos ni ataduras, cuna de la civilización occidental, baluarte del progresismo, bandera de la tradición más arraigada. Se invoca el nacionalismo, se ponen vetos, se promueven las “mini – cumbres” entre gobiernos amigos, se cierran fronteras, se vulneran acuerdos. Las buenas palabras se transforman en duros reproches; se cuestiona el tren de vida del pobre y se desconfía de la procedencia de la riqueza del rico.

¿Había llegado a empezar, siquiera como un sueño? ¿Existió en algún momento, alguna motivación europea real, aparte de los nuevos nichos de consumidores y de los millonarios fondos de cohesión? ¿Pensaron los grandes de Europa alguna vez, seriamente, en ceder parte de su soberanía a los pequeños en beneficio de una entidad superior? ¿Pensaron los pequeños siquiera en conseguir algo mas que dinero? Es mas, ¿pensamos, pobres de nosotros, siquiera en emplear bien los millones para llegar a parecernos a esos aburridos  ricachos del Norte?

Joer, todavía me acuerdo de cuando votamos la Constitución…¡juro que la ojeé un poco! Y cuando firmamos el Tratado de Adhesión…me veía trabajando en una siderúrgica de Lieja en cuanto terminara mis estudios de Erasmus en Cambridge o en la Escuela de Negocios de París; después, veraneos en Cerdeña y en Mykonos, intercambio cultural en Berlín, viajes de trabajo a Goteborg, fin de semana en Val de Aosta…y al final del año, vuelta a casa por Navidad, con El Almendro, pero en Tren de Gran Velocidad, línea Biarritz – Estación Central de Asturias en Oviedo.

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Ya lo dijo el gran Pedro Calderón de la Barca, que, por cierto, anduvo de “Erasmus” por aquellos pueblos holandeses…

Quién sabe si no tendremos que acabar saliendo otra vez a pelear a cuchillo otra vez…para sobrevivir…

Pues eso, una época que se acaba. Fue bonito mientras duró. Que descanse en paz. La pena, por nuestros hijos, a los que vendemos una idea de convivencia que ellos no van a llegar a ver. Otra generación que nace decepcionada de sus padres.

lunes, 8 de octubre de 2012

PERMITIR LA INJUSTICIA


"Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen" (Willy Brandt)

Puede ser por cobardía. Por no oponerse a situaciones, o a gente, mas fuertes que uno mismo. Por miedo al rechazo de un amigo o compañero, a la pérdida del favor de un superior, a la mirada desaprobadora de alguien que te guste; por conseguir unas migas de valor social, por mantener un estatus.

O también por puro egoísmo. Por mirar solo el ombligo propio, por no ponerse en el lugar del otro, por dejar que te resbale algo que no te afecte personalmente…aunque en un futuro, más o menos cercano, te pudiera afectar. Por pensar que no estamos para socorrer a nadie, ni para remediar nada.

También es posible que por indiferencia, sentimiento este más sutil que el egoísmo, ya que cuando eres egoísta te desentiendes a las claras, con intención, mientras que el indiferente no toma partido nunca para que nada le afecte, para que no se note su existencia. No mojarse, por favor, no nos vayan a ver.

Son tres razones que se entremezclan, en mayor o menor medida, para pasar al lado de la  arbitrariedad, del abuso, del dolor provocado,  sin pretender poner algo de remedio, siquiera un apoyo expreso; aunque sea solo a nivel personal, a la gente más cercana. A nadie se le exige ser un héroe, pero nadie debería ser un cobarde, ni un egoísta, ni un indiferente. O ninguna mezcla de ambas cosas.

Mojarse, y mucho mas en España, no te va a traer ningún beneficio, casi seguro. Pero seguro, segurísimo, dormirás mejor. Mucho mejor. Y, quién sabe, quizá alguien lo recuerde.