miércoles, 27 de junio de 2012

CORRIENDO

Este año lo disfruto mas que nunca. A pleno sol, cuando mas casca, vestido solo con el pantalón y las zapatillas, y con la compañía del reproductor de música. Nada más. Ni reloj, ni pulsómetro, ni ganas de contar. Echar a correr y sentirte bien, todo uno. Y hacer kilómetros y soltar sudor, y mientras hago kilómetros, hago planes y ordeno cosas, y soltando sudor suelto muchos demonios y mucha mala leche. Y llego al final liberao, oye. Como si me hubieran formateado el cerebro.

Que luego te duelan las piernas es lo de menos; que te miren como si estuvieras pirado, fatigado a tope con una sudada tremenda, sin beber cuando el sol cruje de lo lindo, también. Lo que cuenta es el efecto; acabo mucho mejor que como empecé. Si dicen que todos tenemos dos personalidades, yo, corriendo por el monte, dejo atrás al cabrón, al acomplejado, al resentido, al sinvergüenza que llevo haciéndome compañía. Ese queda tirado en una cuneta sin poder moverse. Solo acaba la carrera un tío que está muy cerca de lo que quiero ser de verdad.

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