Puede
ser por cobardía. Por no oponerse a situaciones, o a gente, mas fuertes que uno
mismo. Por miedo al rechazo de un amigo o compañero, a la pérdida del favor de
un superior, a la mirada desaprobadora de alguien que te guste; por conseguir
unas migas de valor social, por mantener un estatus.
O
también por puro egoísmo. Por mirar solo el ombligo propio, por no ponerse en
el lugar del otro, por dejar que te resbale algo que no te afecte
personalmente…aunque en un futuro, más o menos cercano, te pudiera afectar. Por
pensar que no estamos para socorrer a nadie, ni para remediar nada.
También
es posible que por indiferencia, sentimiento este más sutil que el egoísmo, ya
que cuando eres egoísta te desentiendes a las claras, con intención, mientras
que el indiferente no toma partido nunca para que nada le afecte, para que no
se note su existencia. No mojarse, por favor, no nos vayan a ver.
Son
tres razones que se entremezclan, en mayor o menor medida, para pasar al lado
de la arbitrariedad, del abuso, del dolor provocado, sin pretender poner algo de remedio, siquiera un apoyo expreso; aunque sea solo a nivel personal, a
la gente más cercana. A nadie se le exige ser un héroe, pero nadie debería ser
un cobarde, ni un egoísta, ni un indiferente. O ninguna mezcla de ambas cosas.
Mojarse,
y mucho mas en España, no te va a traer ningún beneficio, casi seguro. Pero
seguro, segurísimo, dormirás mejor. Mucho mejor. Y, quién sabe, quizá alguien
lo recuerde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario