Hoy luce un hermoso día y me siento Flex,
así que he decidido tirar de autoayuda y empezar a organizar mi tiempo. Para
ello voy a seguir uno de los consejos del magnate Ingvard Kampard, el amo de
IKEA. El consejo es el siguiente:
“Divide tu tiempo en unidades de diez minutos y
sacrifica las menos posibles en actividades insignificantes”
Bien, pues..¡Al lío! Vamos a hacer caso a este
hombre (al fin y al cabo es un triunfador)
Unidad Uno: 9:00 a.m. Llegando al
trabajo, consulto los correos y me pongo a tramitar los encargos pendientes.
Pero la aplicación con la que trabajo (un programa elaborado para el Principado
que costó una millonada y solo lo usamos en los archivos) se cuelga, por lo que
tengo que esperar. No pasa nada, lo dejamos para luego.
Empezamos entonces Unidad Dos: 9:20 a.m. Intento ponerme en contacto con los
ciudadanos que me han dejado consultas pendientes. Uno apagado y fuera de
cobertura. El otro me dice que ya no le hace falta la consulta, que gracias por
el interés y que pensaba que no le íbamos a llamar. Bueno, pues rana, vamos a
otra cosa.
Vamos a ver Unidad Tres; 9:30 a.m. Decido abrir la plataforma de cursos para
inscribirme en uno y mejorar mi formación; el saber no ocupa lugar (y puede
llegar a cobrarse). Pues no hay nuevos cursos para hacer, los que merecen la
pena ya los tengo hechos. No me desanimo e intento ir a la plataforma de
autoformación, a ver que hay. No se puede abrir la página.
Algo asqueado, empleo Unidad Cuatro, a las 9:50 a.m., en ir a la máquina a por una chocolatina.
Voy con remordimientos puesto que es la primera Unidad de Actividades
Insignificantes del día, pero me encuentro con que la máquina no se puede usar,
ya que la está reponiendo el operario. Así que bajo corriendo a mi sitio para
empezar sin demora la Unidad Cinco (10:00 a.m.), consistente en atender a un
ciudadano al que veo esperando en mi mesa.
El ciudadano resulta ser un buen señor que me
solicita ver por Internet un Boletín Oficial del Estado atrasado porque su hijo
le tiene bloqueada la entrada al ordenador. Maldigo al friki para mis adentros
mientras enseño la página al buen señor, que me pide imprimírsela y buscarle
otras. Le digo que no se la puedo imprimir (plataforma colgada) y le despido
mientras rezonga sobre el uso de mi tiempo y de sus impuestos. Todo esto alarga
la Unidad Cinco en diez minutos, así que paso a:
Unidad Seis (10:20 a.m.) Vuelvo a abrir la
plataforma de cursos e intento abrir PDF con las instrucciones de “como
combatir el estrés y el desánimo laboral”. Pero la plataforma está colgada. Así
que anoto otra Unidad de Actividades Insignificantes en el debe y cambio la
actividad a leer el periódico mientras refresca la plataforma.
Después, inicio Unidad Siete, a las 10:40 a.m. porque ayudo a una buena señora en muletas a
abrir la doble puerta acristalada por la que se accede a nuestros
departamentos, ya que tiene la muleta trabada en la puerta. Agradecida, la
señora me pregunta si aquí está Vivienda. Le contesto que no y, menos
agradecida, vuelve a enfrentarse con la puerta. Esta vez gana la partida.
A las 10:50 a.m., decido
renunciar y empezar Unidades Ocho, Nueve y Diez yendo a tomar un café y decido
contar a los compañeros mis andanzas, y como les parece divertido, renuncio a
seguir el ejemplo del triunfador sueco y pongo por escrito mis conclusiones, a
las 11:20 del día de hoy.
Y hasta aquí he llegado, aprovechando al máximo la
mañana. Compartiré esto con todos mis amigos y mandaré consejo gratis: Vale más
llegar a tiempo que rondar un año. Y que todos tengan buen día.
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