domingo, 27 de mayo de 2012

DESEO


Mis ojos, que codician cosas bellas, como mi alma anhela su salud…” (Miguel Ángel)

Los ojos del artista codician cosas bellas; el cerebro del empresario anhela capital. El niño espera impaciente la caricia de su padre, y el buen perro la de su amo. El amante suspira por la llegada de su pareja, el abuelo quiere la de los nietos, el amigo la del compadre y el enemigo la del contrario.

El rey ruega por tener súbditos, y el jefe por tener a quien mandar. El famoso, por sus fans, y el presumido por un reflejo.

El médico y el bombero aspiran a un día sin nada, como el perezoso, y la aspiración del derrotado es que llegue, por fin, el final de la jornada.

Queda el deseo del animoso; queda el del fuerte. Queda querer tener fuerza para pasar un día más, para llegar un poco mas lejos, un poco mas allá.  

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