Este fin de semana empecé a leer "Miles de millones", el último libro de Carl Sagan, el de la serie "Cosmos" (seguro que os acordáis, no voy a ser yo un friki). Una buena compra, por dos euros y medio, en la librería de viejo "Personajes" de la calle Río San Pedro de Oviedo, paralela a la Ruta de los Vinos (que barata puede ser la cultura, y que cerca la tenemos, y no nos damos ni cuenta). El libro póstumo de un gran divulgador, ameno y provechoso.
En su primer capítulo habla de los grandes números, de como hace unos años se hablaba de magnitudes grandes en millones, luego se pasó a miles de millones y finalmente, en los tiempos actuales, hay que tirar de billones para hablar de ciertas cifras. Y la lectura venía estos días al pelo porque no se paraba de hablar de la crisis de Bankia, y en los telediarios, la semana pasada, se citaba constantemente que la cuarta entidad financiera del país tenía graves problemas por unos activos inmobiliarios por valor de ¡treinta y un millones de euros!.
Ya está claro que la cifra buena eran treinta y un mil millones, pero, quizá por error o quizá por omisión, estuvieron repitiendo constantemente, sin corregirla, la cifra de treinta y uno (que ya es bastante, quien la pillara..). Mientras tanto, en los grandes periódicos europeos y americanos, tipo Financial Times, la cifra era "31 billions", que es como llaman los anglosajones a treinta y un mil millones, pero aquí daba la impresión de ser pues mil veces mas; supondrían treinta y un mil millones de millones, que supondrían la quiebra total de nuestro sistema financiero y de Europa en general).
Hablamos de cifras colosales, de agujeros enormes, y no nos preocupa lo mas mínimo la exactitud de los términos. En el fondo da igual; todos los días llegamos al fondo del pozo y descubrimos un agujero mayor, y nos metemos por él ya con la certeza de que no va a ser el definitivo. Acostumbrados a lo malo y esperando lo peor. Y jugábamos "Champions League financiera"...
No hay comentarios:
Publicar un comentario